Descubrí la semana pasada, a través de una amiga periodista y cliente de mi servicio de compras de vino personalizado, el nuevo espacio de Tribeca, un gabinete psicológico, pero que es mucho más que eso.
Lo lideran Rebeca Cáceres (Psicóloga sanitaria y Doctora en Psicología Clínica) y Matilde García (Doctora en Biología, empresaria, enóloga e interiorista), las dos son majísimas y súper activas, y su vocación es “elevar las pequeñas cosas de la vida cotidiana a la sanación”. Ellas son de las que creen en el poder terapéutico de la música, el cine, la lectura, la escritura, la alimentación, el deporte, la naturaleza, las relaciones, los viajes, las personas…
Una de las muchas actividades que ofrecen es “un recorrido por las emociones a través del vino”, un curso de fin de semana que se realiza en Valbusenda Hotel Bodega y Spa 5* en pleno corazón de la D.O. Toro (Zamora) que es propiedad familiar de una de las socias, Matilde. Y es que a mi no me cabe duda de que el vino, siempre desde la responsabilidad, puede ayudar a dejarnos llevar un poco y aliviarnos de esa parte contenida y a veces oscura que todos tenemos y ser un poco más nosotros mismos, reconociendo o descubriendo las emociones, que tan importante es saber reconocer para superar diferentes limitaciones en nuestro día a día.
En la presentación de Tribeca catamos de manera informal los vinos de Valbusenda. Destaco su rosado Abios Nude, elaborado por el método de sangrado con uvas de la variedad Tinta de Toro. Fue un perfecto maridaje con los bocados de influencia peruana que se sirvieron en la divertida noche de inauguración. Me explicaron además, que en su bonita nueva oficina, con unas vistas preciosas de la bulliciosa Glorieta de Bilbao, quieren que pasen cosas, presentaciones de todo tipo, y otros eventos de empresas y particulares y la verdad es que es una muy buena opción a considerar.
Por todo esto que os cuento Tribeca me pareció un lugar muy propicio para sanar los problemas propios del estilo de vida actual fomentando el autocuidado y las relaciones saludables, y también por qué no, mirando a nuestro interior a través del fondo de una copa de vino.




